Como ya comenté en su día, entre las muchas cosas que me
hicieron decantarme por el mechanicus, una de ellas fue la facilidad para
conversionar. Tenía ganas de ponerme a ello, y el primer resultado ha sido la
Subdomina Galatea Khepra, una tecnosacerdote ingeniera. Ahí va un post larguillo dividido en tres partes. Espero que lo disfruteis y me digáis qué os parece. ¡Cualquier consejo será bienvenido de cara al futuro!
El “Modelaje”
El cuerpo "original" |
El proyecto nació del cuerpo de un músico de confrontation,
el cual adquirí en su día para arrancarle la cabeza (la necesitaba para otra
mini). Me convenía por reciclaje, porque el esculpido del cuerpo molaba, y
porque tenía una campana y un incensario colgando por detrás. Con cuter y
alicates terminé de arrancarle el tambor. (He de mencionar, que durante el
transcurso de dicho forcejeo realicé una ofrenda de sangre al Omnissiah) Una
vez recuperado de mis heridas, coloqué los brazos como quería, le arranqué las
manos (mucha violencia, sí), y luego, masilla en mano, realicé la túnica teniendo
cuidado de dejarle la campana y el incensario a la vista. Luego le encajé una
cabeza de la matriz de sicarians sobre unas hombreras improvisadas con un
escudo enano. La mano derecha es una garracorde, también de sicarians, y la
izquierda, que sujeta el hacha, es de… ni idea, estaba en la caja de restos
(¿esqueleto viejuno?).
Masilla para la túnica, teniendo cuidado de respetar la
campana y el incensario, y también para los cables, después me puse con la
mochila. Partí de una mochila, (valga la redundancia) de enanos mineros, monté
el servobrazo con fragmentos de plástico varios y más masilla. Luego adorné con
una parte de mochila del kit de skitarii, un fragmento de ballesta de enanos y
unos bolsillos de la matriz de sicarians. El sercocráneo lo fabriqué con un
cráneo de la caja de restos (creo que es de la batuta de un tambor de orco), otro
escudo enano, una pistola skitarii, masilla y plastiquitos. El hacha está
fabricada íntegramente con distintos trozos de armas de los enanos.
Para la base: plastiquitos, arena, y un poco de césped
electroestático.
Al tener el brazo extendido, se me ocurrió la idea del
engranaje dorado, cual sacerdote que eleva un elemento de adoración ante los
fieles. Además, en la cronología hay un suceso interesante precisamente sobre
un engranaje dorado.
El pintado
Me gusta mucho la idea de mezclar carne y mecanismos sin
mucho cuidado, algo muy Mechanicus, y como la armadura de la figura original
tiene unas líneas muy marcadas sobre la anatomía, decidí pintar éstas como
cables, y dado que los pectorales son prominentes quise que fuera mujer, se
echa de menos un poco más de presencia femenina en los ejércitos. Pensé que, si
lo pintaba con esa parte desnuda, la impresión de que es mujer sería más
acusada, pero contemplando el resultado final y con esa cabeza de cables como
barbas, no estoy tan convencido, pensé en añadir masilla, pero no quería caer
en el tópico de unos senos voluminosos, así que así se queda. (Tengo que
intentar esculpir algún busto de mujer, a ver qué sale).
En fin, como pertenece a los líderes, quería que se notase,
y por tanto, para la túnica en vez de partir de un rojo oscuro, lo hice de un
púrpura, y me animé a ir subiendo hasta el naranja, dándole un aspecto más rico
que en los skitarii rasos. Los cables quise que fueran verdes y naranjas, para
destacar. Por lo demás, colores bases, tintas varias y luces. Quise crear un
efecto foco en el servocráneo, pero no me ha quedado muy logrado. Se aceptan
consejos para mejorarlo. En algunas partes, sobre todo del servobrazo y del
hacha, apliqué un efecto óxido que también tengo que ir puliendo, pero no estoy
tan incómodo con él. Las baldosas hexagonales aunque son simples tienen mucho
mimo: tras partir de un gris claro, apliqué sólo a los intersticios un pincel
diluido de agrax, y luego perfilé los bordes hexagonales con el mismo gris
rebajado de blanco. No me apeteció añadirle ningún transfer.
Eso es todo, no tiene más misterio, pero si alguien tiene
alguna pregunta, será bienvenida.
La jefa con un skitarii ranger y un skirarii vanguard |
El relato
La mesa hololítica mostraba un plano del sector. La magos
analizaba los datos en tiempo real, y transmitía pequeñas correcciones a los
skitarii a través de la noosfera. Los parpadeantes puntos de la escuadra
obedecían con apenas unos segundos de retraso.
Amplió.
La milicia se había emboscado en la fundación 78-C. Una
molestia menor, pero deseaba llevar la operación con las mínimas bajas
posibles, sus recursos eran limitados sobre la superficie Ankterios, y la Iniciativa
no debía peligrar por algo tan nimio.
La subdómina Galatea Khepra toqueteó el marco de la mesa con
su garra de metal. Mientras revisaba los protocolos enviados por el archimagos Mundus,
una emoción muy humana se abrió paso entre los códigos. Era rabia.
Detuvo el avance de la escuadra en el momento. Los puntos se
detuvieron con la precisión habitual. Galatea dudó. Levantó la cabeza, a través
de las lentes de su máscara recibió una serie de alertas y datos empañando su
visión, pero ella las apartó con un pensamiento.
Había colocado el engranaje dorado en un altar improvisado.
Su brillo la transmitió cierta seguridad. El Omnissiah estaba mirando. Mundus,
con su poca pasión por los ritos del culto, había rozado la herejía; sin duda
Belisarius Cawl le había corrompido tras tantos años de colaboración.
-No.
Se calma. Aísla la rabia y la analiza, después su fe y sus
propios protocolos establecen otra hipótesis: Quizá Mundus no es un hereje, ella
no conoce toda la extensión de los planes de la Iniciativa. Él es el
Archimagos, él fue quien la sacó de los escombros de Diotargos IV, dirigió los
rituales de aumentos sobre su cuerpo, y le dio una nueva oportunidad para
servir al culto. Sí, pero todo eso no ocultaba un hecho evidente: Mundos se
había equivocado en uno de sus cálculos, era una cifra mínima, un fallo apenas
importante, si bien repetido en la última transmisión de sus órdenes. La subdómina
estaba convencida de que aquel error se debía a su dejadez con los ritos y
oraciones, si los hubiera seguido el Omnissiah le habría inspirado mejor.
Hizo ella misma la corrección. Los skitarii evitaron la
fundición, se alejaron, y cuando alcanzaron cobertura, el proyectil de un
arcabuz transuránico impactó en los tanques de combustible. La mesa hololítica
cimbreó, las formas desaparecieron, toda señal quedó interrumpida por culpa de
la explosión, incluso la red noosférica se cortó durante dos minutos y treinta
y tres segundos.
Cuando el sector quedó de nuevo a su vista y las
comunicaciones se restablecieron, Galatea pudo comprobar que su plan había
sido un uso mucho más eficiente de las fuerzas de las que disponía. La escuadra
corazón negro estaba indemne, de la milicia, sin embargo, no quedaban más que
algunos heridos graves. El omnissiah la había bendecido con aquella inspiración.
Murmuró una plegaria al engranaje dorado y transmitió los nuevos objetivos a la
escuadra. Entonces vio claro qué debía hacer: traería al Archimagos al planeta,
vigilaría de cerca sus acciones y le inspiraría para volver a colocarlo en la
recta senda del Omnissiah, así debía hacerse, pues era el designio del Dios-Máquina.
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