domingo, 11 de septiembre de 2016

Relato: El Golem de plata llega a Frostgrave

A veces la luz no nos deja ver, se quema en los ojos y nos inunda con un río puro y doloroso. Lo he sentido varias veces en mi existencia. Ese cosquilleo en las cuencas de los ojos me ha hecho sentir humano, pero mi materia es otra y estas grandes cuentas de vidrio con runas grabadas se recuperan rápidamente de cualquier impresión.

Llegué a Felstad bajo la petición de Hairon, de la cuarta casa, él deseaba hacer la guerra a uno de los archimagos de la ciudad. Codicia, supongo. Yo tenía en mi interior una necesidad por luchar más grande que el ansia de libertad. Acepté y le seguí junto a otros constructos como yo, aquellos cuya misión original había caído en el olvido. Luchamos dos días en Felstad, el barrio de los cronomantes se convirtió en una batalla gigantesca, magos y soldados se unieron a uno y otro bando, todos luchábamos en una orgia de ruido de hechizos y crujidos de derrumbes. No sé cómo hubiera podido terminar todo, pero lo hizo, nos detuvieron.

Una ola de magia corrió por todas las calles sin ningún aviso previo, los vivos no tuvieron tiempo de gritar. La luz del conjuro era tan pura, que cuando llegó a nosotros en el siguiente parpadeo el cosquilleo en mis ojos se volvió insoportablemente doloroso. Sí, sentí dolor. En ese momento el único pensamiento en mi cabeza era de fin. La ventisca llegó inmediatamente después, arrastrando gritos y escombros. Sé que Hairon murió atravesado por una viga porque he tenido su cadáver frente a mí los últimos siglos, otros perecieron ahogados en un alud de nieve tan fina como el polvo y los últimos quedamos atrapados en el mismísimo aire, congelado súbitamente a nuestro alrededor. Luego todo fue silencio y calma.

Incluso para un golem mil años es mucho tiempo. Caí en el sueño de la piedra, sin más imágenes en mi inconsciencia que las originales: las palabras de mi creador recitando el hechizo, la misión encomendada, mi Misión y por tanto mi vida. ¿Qué es un Golem sin ella? Nada, no es nada, un fragmento de material animado, absurdo. Lo comprendí atrapado en el hielo. Dormí siglos y desperté inmóvil, empecé a pensar en todo lo ocurrido desde muchas perspectivas distintas, y así se calmó la ira que me había dado forma en el principio, aprendí la paciencia cuando bien pude caer en la locura de las maquinas rotas.

Desde mi prisión de hielo pude ver los primeros cadáveres levantarse, Hairon se fue con ellos, un Liche reclutaba un ejército en dirección hacia los barrios bajos de la ciudad. También algunos aventureros observaron mi silueta, pensaron en liberarme, en utilizarme. ¿Podrían hacerlo? Quizá alguno pudo, pero yo soy el Golem de plata y hace tiempo dejaron de gustarme los hilos y los titiriteros.

Un día cualquiera, con el sol en lo alto, apareció ante mis ojos una grieta. Tras tantos años preparándome no necesité más. El hielo se quebró bajo la presión de mi fuerza con un estallido. Fue un renacimiento.

Karn, golem de plata - © Magic the gathering

sábado, 23 de julio de 2016

Pinceles III : Mineros enanos

«¡Cavar, cavar, cavar,
cavar en la mina quiero yo!
¡Cavar, cavar, cavar, cavar!
No acabas nunca, no.
Quien cava más, muy rico es...
...si tu pico das al derecho y al revés.
¡Y al cavar...! 
¡Y al cavar! 
¡...con afán...! 
¡Con afán! 
Otros mil diamantes... 
¡van!» 
- Blancanieves y los siete enanitos - Disney          

Aquí llegan el primer regimiento que pinto en... en años! Unos Mineros enanos de Games Workshop cuya caja conseguí hace bien poquito por 10 € Estoy muy contento con la compra. Aún no he pintado los ponis ni los elementos de escenografía de la matriz, que son geniales, pero el regimiento ya está y me apetecía mostrároslos... si es que hay alguien ahí. ¿Hola...? 

Las fotografías no me han quedado todo lo bien que me gustaría, pero no sé dónde está mi cámara y he usado la del móvil. Tendréis que disculparme la calidad. Ya sabéis que haciendo clic en las fotografías podéis ampliarlas.

Pese al color azul que homogeneiza el regimiento, mi ejército enano no va completamente uniformado y quise seguir con la tónica dando un poco de personalidad a cada miniatura con guantes y arneses de distinto color, además algunos van con camisa y otros marcando músculo.

Estoy especialmente contento con el equipo de mando, tanto con el jefe con el taladro de vapor (No se aprecia, pero estoy orgulloso de su barba, si bien los brazos quedaron algo picados con el superglue) como el portaestandarte, que es mi mini favorita del regimiento.

Por otro lado, destacan un enano con lámpara y enano señalando mientras hace skate. Vi no sé dónde este uso para la carretilla y me encantó. El enano de la lámpara, llamémoslo... Thragal el gruñón (muy amigable no parece) lleva además una mochila bien equipada, y es que está destinado a formar parte de mi banda de Frostgrave, así que lo veréis en el futuro por aquí.

Y esto es todo, aunque no tengo previsto volver a jugar a Warhammer (al menor por el momento) en ninguna de sus nuevas actualizaciones, me apetecía mucho pintar un nuevo regimiento. ¡Ya sabéis, a los pinceles, camaradas, la Guerra será en color o no será!

lunes, 20 de junio de 2016

¡La pólvora llega a Frostgrave!

Estaba deseando compartir con vosotros algún aporte fan-made para Frostgrave y aquí va el primero de, espero, muchos. Creo que lo que más he visto entre las bandas que nos encontramos por internet son enanos y lo que más le gusta a un enano (después de la cerveza) es la pólvora. Así que, si sois uno de esos generales que añora el olor del polvo negro, os dejo el perfil de un nuevo soldado, así como de su arma. Creo que está bien equilibrado, pero agradecería opiniones. Oh, la imagen que acompaña es un atronador de mi ejército enano.
Abajo tenéis un link para descargar el PDF como Frostgrave manda.


Arcabucero



Arcabuz

Se trata de un arma de pólvora, muy rara y apenas disponible en Frostgrave, quienes se atreven a utilizarla son tiradores especializados; sin embargo, esta tecnología es aún demasiado reciente y puede ser peligrosa. Hace falta una acción para cargar un arcabuz y otra para dispararlo. Si la figura así lo desea, puede remplazar la acción obligatoria de movimiento por una acción de 'recarga'. Los arcabuces tienen un modificador de +3 al daño y un alcance máximo de 16''. Además, si en su tirada el arcabucero saca 1, se considera que el arcabuz ha fallado estrepitosamente y el tirador recibe automáticamente dos puntos de daño. Si durante la partida el arcabucero repite el fallo con resultado de 1, se considera que el arma ha quedado inútil y no podrá utilizarse durante el resto de partida. Se asume que todos los arcabuces comienzan la partida cargados y listos para usarse.

Un arcabucero puede utilizar munición de plata por 20 CO. En tal caso los disparos del tirador se saltan la regla “Inmune a las armas no mágicas” de los No Muertos.


Descarga AQUÍ el PDF con la hoja del Arcabucero para Frostgrave!

“¿Hueles eso? ¿Lo hueles, muchacho? — ¿Qué es? — Pólvora, hijo; nada del mundo huele así. Amo el olor de la pólvora por la mañana”

sábado, 11 de junio de 2016

Relato: La astucia del último von Carstein

 Bertold subió el último tramo de la colina apoyándose en su pesada vara, el nigromante jadeaba por el esfuerzo acometido, la magia había consumido prácticamente todas sus fuerzas. Entonces se percató de otra presencia. La brisa le llevó un susurro bien conocido, que heló el sudor de su cara. Mannfred von Carstein estaba allí, observando la batalla que aún enfrentaba los cadáveres elevados por Bertold contra los caballeros Bretonianos. El vampiro le dedicó una mirada que no reflejaba ningún pensamiento o sensación, pero el nigromante tuvo miedo por las consecuencias: había perdido la batalla.

-Mi señor… sus fuerzas eran muchas. He empleado el mejor de mis esfuerzos…

Von Carstein negó y volvió la vista al frente. Los caballeros del Grial cargaban en ese momento contra la última fila de esqueletos, llevándoselos por delante y aplastando sus huesos bajo las herraduras de los caballos. Los necrófagos, sin embargo, aún plantaban batalla, incluso en la distancia el vampiro y el nigromante podían percibir el brillo verdoso de sus ojos, la ansiedad por la carne les impulsaba a resistir.

-Era lógico, Bertold. No podías ganar, te envié para desgastar su ejército. Mañana llegarán a Tempelhof con menos hombres, heridos, cansados. Se estrellarán contra los muros del castillo creyéndose invencibles por la victoria de hoy y allí encontrarán su tumba. La arrogancia siempre pierde a los bretonianos.

Ilustración de 'El fin de los tiempos'
© Games Workshop
El nigromante suspiró aliviado, el agradecimiento que sentía por el hecho de no ser castigado le inspiró a buscar dentro de sí los restos de voluntad que le quedaban. Extendió su vara hacia el cielo, las calaveras que la adornaban iluminaron sus cuencas vacías con un fulgor de otro mundo, castañearon sus dientes mientras los vientos de la magia se arremolinaban en torno al nigromante, entonces Bertold extendió su mano crispada hacia la batalla. Los hombres de armas y los caballeros caídos empezaron a levantarse con torpes movimientos de marioneta, su carne aún estaba templada, la sangre aún manaba por sus heridas. El horror se extendió entre los bretonianos, que flaquearon. Los campesinos huyeron abandonando las armas y los caballeros retrocedieron mientras luchaban contra su miedo.

El señor de Sylvania sonrió complacido, incluso posó su mano sobre el hombro de Bertold para felicitarle, su toque helado traspasó las ropas del nigromante, enroscándose en su piel y llegando a los huesos. Aun bajo esa sensación, el hechicero se sintió recompensado.

La ventaja del reducto de cadáveres animados y necrófagos no duró demasiado, un caballero de armadura lacada en blanco y naranja levantó su espada, que bajo la luz de la luna brilló con un fulgor puro. Los caballeros se reagruparon en torno a él y cargaron contra sus antiguos compañeros.

-¿Quién es?

Bertold sintió la sacudida de los hilos mágicos al romperse, los cadáveres cuyo control perdía uno a uno tras la violenta carga, pero no cedió su dominio. Cuando lo peor hubo pasado, se fijó en el hombre que acaudillaba el ejército.

-Jules de Montfort, suya es esta cruzada.
Mannfred asintió:
-Busco un nuevo chiquillo, quizá pronto su cruzada vuelva a Bretonia vistiendo mis colores.

El nigromante flaqueó, un golpe certero del tal Jules de Montfort atravesó un antiguo compañero reanimado por Bertold, entonces el aura de su arma bendecida contaminó los hilos mágicos que ataban los restantes cadáveres a su titiritero, el nigromante gritó perdiendo el control y sus criaturas se derrumbaron, dejando únicamente a los necrófagos rodeados y a punto de ser aniquilados.

Mannfred no pareció molestarse por aquella suerte, sencillamente se volvió dando la espalda a la batalla.

-Vamos Bertold, nada hacemos aquí, volvamos a Tempelhof.

El nigromante echó una última mirada al valle, los bretonianos ya gritaban victoria. Poco iba a durar su felicidad, si Mannfred deseaba un nuevo chiquillo, Jules de Montfort pronto pasaría a ser Jules von Carstein. Quien sabe, quizá el rey de Sylvania le permitiera educar al joven vampiro, sería un magnífico paso para aumentar su influencia y ganar más poder.

miércoles, 25 de mayo de 2016

Feliz Día del Orgullo Friki 2016: Mis inicios

Bueno, felicidades a todos, creo que es la primera vez que lo deseo así en “voz alta” pero al haber regresado al mundillo hace poco me hace especial ilusión.

Aprovechando la coyuntura hoy os hablo de mis inicios en este mundo de dragones, magos y mazmorras, que comenzó incluso antes de conocer al que sería mi grupo de rol y wargames. Literatura mediante.

No recuerdo cuál fue mi primera novela de fantasía porque los cuentos siempre estuvieron en mi vida y es difícil hacer una muesca clara en la lista. Lo que sí recuerdo es mi primer libro de “dragones y mazmorras” y fue, como no podía ser de otra manera, con la colección de Planeta DeAgostini que salía por fascículos y cuyos cuarenta y cuatro tomos conservo (y no, no me he leído toda la colección, pero sí aproximadamente la mitad) El primer fascículo venía con El retorno de los dragones de Margareth Weis y Tracy Hickman de la trilogía de La guerra de la Dragonlance, como veis más canónico no se puede ser. Ya por entonces los libros me supieron algo encorsetados, pero los devoré igualmente. Luego me compré la secuela y trilogía Leyendas de la Dragonlance (todos amamos a Raistlin, ¿verdad?) en esa maravillosa edición de Timunmas; y finalmente El ocaso de los dragones, que comprende Los caballeros de Takhisis y La guerra de los dioses, misma edición, que me dejó sin ganas de leer más sobre el mundo de Krynn por una larga temporada. No son libros extraordinariamente bien escritos, pero ofrecen un colorido mundo de fantasía donde el lector es capaz de viajar junto a los personajes, algunos más creíbles y otros menos.

La susodicha colección servía de base perfecta para cualquier colección de fantasía que se precie. Incluía sagas tan canónicas como El Elfo Oscuro, de R.A. Salvatore; Crónicas de Belgarath, de David Eddings; o Ciclo Pendragón, se stephen R. Lawhead, entre otras. 

 Desde un punto de vista estrictamente personal y literario, para mí los más interesantes fueron las Leyendas de la Dragonlance, donde los autores supieron manejar bien el balance de fuerzas entre los personajes. Recuerdo que durante las primeras páginas quedé confundido por el protagonismo de Cáramon y tuve que volver a la trilogía anterior para cerciorarme que era el mismo simplón de esas novelas. La evolución de los gemelos durante toda la historia es un ejemplo muy digno de cómo evitar unos personajes planos (defecto habitual en las novelas de fantasía) La narrativa fluye moderadamente bien, aunque choca contra el personaje de Crysania que, pese a resultar coherente, le falta un mayor protagonismo donde se expliquen mejor sus emociones e impulsos.

Ya para terminar una íntima curiosidad: en La guerra de los dioses, hay un fragmento que aún hace que se me ericen los pelos de la nuca cuando lo leo, por su sencillez, por la capacidad de expresar la personalidad de un personaje en una sala frase. No deseo hacer spoilers, por lo que para los curiosos diré que me refiero al final del capítulo 12, el encuentro entre Astinus y otro personaje, su conversación sobre la alfombra y la confesión de este último personaje mirando absorto más allá de las estanterías.


No, la fantasía no son sólo dragones y hechizos, juega y fabula con el mundo “real” y es capaz de mostrar (quizá mejor que cualquier otro género) algo tan necesario para un chico adolescente como son los sentimientos.

Portada de 'La Guerra de los Enanos' de Leyendas de la Dragonlance. En imagen: Raistlin, Cáramon y Crysania a punto de cruzar el umbral hacia el reino de Takhisis, la diosa oscura. #Dramón

domingo, 22 de mayo de 2016

Pinceles II : Tyrant Zaadesh


Confieso que nunca había tocado la gama de Warmachine/Hordes hasta esta figura. Antes de ir a la tienda me hojeé muy bien la gama de productos de Privateer y Skorne se ganó sangrientamente mi corazoncito por su mezcla estética entre elfos y vampiros. No tenía decidido qué comprar, pero sabía que quería una única figura y Zaadesh se prestó voluntario.
Esta vez preferí salir del esquema de color habitual de Skorne. La armadura fue complicada porque no estoy nada acostumbrado al dorado y es un color muy desagradecido, como podéis ver quedó el trazo muy grueso y desmerece un tanto la miniatura. Finalmente, la pose de la mini invitaba a una peana un poco distinta e improvisé esa roca con corcho. No estoy descontento con el resultado.

La figura se transformó en el regalo de despedida de un buen amigo (voló por trabajo) que siempre había tenido curiosidad por lo que pintaba. Creo que le gustó, ya he regalado miniaturas en otras ocasiones especiales y me parece un detalle muy personal, no tanto por el valor monetario sino por las horas que se le echa.


Creo que nadie puede negar que los escultores de Privateer son una maravilla, pero al juego le pesa su precio. En su momento me planteé empezar a jugar (en esta ciudad hay una comunidad amplia y en mi tienda habitual hacen partidas todas las semanas) pero finalmente, entre que el precio no me convencía y mi falta de tiempo real, preferí dedicarme a otras cosas. Eso sí, estoy seguro de que tarde o temprano caerá alguna que otra figura. Me encantan Zaal, el defensor (¿?) ancestral, también de Skorne; el Equipo de asalto de magos pistoleros Black 13th (estas traducciones son agotadoras) de Cygnar; y esa maravilla que es El heraldo de Menoth, de la facción Protectorado de Menoth. Caerán, tarde o temprano caerán.

Dando una vuelta

viernes, 13 de mayo de 2016

Los Wargames y yo

Mi primer ejército fue de Altos Elfos,
con ellos aprendí el sufrimiento de
pintar ropa blanca
Mi historia con los wargames nunca fue muy intensa. En mi grupo de amigos de la adolescencia preferíamos gastar nuestro tiempo en rol, Warhammer fue algo accesorio y no creo haber jugado mas de veinte o treinta batallas con el reglamento de sexta, tanto en los típicos trasteros incómodos donde apenas podíamos movernos cuan las mesas, las figuras y los trastos, como en las (mas bien la, en singular) tienda. Aunque esta parte nunca fue muy destacada si que siempre fui un fiel seguidor del trasfondo y las novedades, tengo una nutrida colección de White dwarf que lo demuestra. También me gustaba pintar y esta parte si la mantuve en el tiempo con mayor o menor frecuencia, al menos hasta el parón de hace un lustro. Me mudé al extranjero y los tres primeros años fueron de adaptación, estudio y trabajo, hubo muchos cambios en mi vida.

Volví al hobby un día por necesidad, ya os lo conté en el post sobre el orco paracaidista, necesitaba hacer algo con las manos para espejar la mente. En estos dos últimos años he pintado a ratos y me he metido mucho en el mundo de los blogs, aunque vosotros no lo supierais yo estaba ahí leyéndoos con gran placer, así he visto El fin de los tiempos, he conocido Warmachine (en Francia tiene (me parece) mas aceptación que en España) he asistido al nacimiento de la Age of Sigmar, the power of the spanglish, a las distintas alternativas surgidas del descontento popular (confieso que Warhammer Reforged es mi preferida, son muchos, muchos años leyendo La Biblioteca del GranNigromante, si algún día vuelvo a jugar grandes partidas será con esas reglas) y por fin Frostgrave.


En inicio Frostgrave fue uno más, pero luego su sencillez en tanto que juego de escaramuzas, la historia pegadiza y demás hicieron que algo hiciera clic en mi interior. Cuando me enteré de su publicación por HT publishers en español estuve tan atento que llegué cuando nadie había participado aun en la campana, al 0 por ciento, pero en ese momento no me atreví a pujar, fue unas horas después, cuando solo llevaba unos cientos de euros recaudados y todo ese día asistí con mucha ilusión a su crecida hasta alcanzar el primer objetivo.

A estas alturas ya me he ventilado el PDF y espero con ganas el ejemplar físico, además de todos los regalitos. Me parece el juego perfecto para iniciar a los amigos curiosos y ya tengo un par dispuestos a descubrir la ciudad helada dirigidos en una campaña por mí. Pero eso será más adelante, cuando tenga la copia física, por ahora me dedico a preparar escenografía y pintar. Os enseñaré estos proyectos poco a poco en el futuro y, supongo, que este blog estará esencialmente ligado a este juego, al fin y al cabo, si yo he vuelto por estos mundillos es esencialmente por él.

No me queda mucho mas que decir, gracias a HT publishers por el mimo con el que han tratado este juego, un wargame que no sabe simplemente a ‘oldhammer’ o viejos tiempos, sino que respira por los cuatro costados la magia (nunca mejor dicho) de ser un juego con un concepto muy puro, enfocado a la diversión.


Si queréis haceros con un mapa para viajar a la olvidada y maldita ciudad de Felstad aun podéis contribuir a la campaña de HT publisher hasta el 6 de Junio. Tenéis el link aquí mismo o en la columna de la derecha. Pensad que «algún día, los jóvenes aprendices alzarán sus ojos sobre ti y preguntarán ¿tú estuviste allí? y dirás, "sí... yo soy veterano de la campaña de Frostgrave”»

Hechiceros como protagonistas, muerte de miniaturas asegurada y toda una ciudad helada para explorar ¿A qué esperáis? Preparad el macuto, en Frostgrave encontrareis la gloria o un final espectacular.

domingo, 1 de mayo de 2016

Pinceles I : Orco paracaidista

Tras mucho tiempo alejado del hobby de manera activa lo he retomado hace año y medio por pura necesidad. Demasiado trabajo mental me invitaba a una ocupación tranquila que me permitiera hacer algo con las manos y relajarme. El problema es que me he mudado a unos mil quinientos km de la casa de mis padres, donde descansan las cajas/ataúdes de mis miniaturas sin pintar. Así que, impulsado por esas renovadas energías me dirigí a una tienda de mi ciudad y adquirí una caja de pintura básica de The Army Painter que incluía este orco paracaidista de Kromlech. Era perfecto para retomar el hábito y además la miniatura me encantaba. Para agrandar la imagen ya sabéis, click sobre ella.

Podéis ver el resultado, soy un pintor amateur con una cámara fotográfica amateur, pero para llevar tres años sin tocar un pincel y ocho sin hacerlo de manera habitual, me he quedado más que satisfecho.

Decidí seguir el esquema “sugerido” en la imagen oficial, el amarillo destaca bien con el verde orco, pero con las correas preferí grises, caprichos de uno, oigan. Imprimación negra siempre, luego para la ropa una base naranja (Pure Red 50% Demonic Yellow 50%) y lego capa más capa añadiendo progresivamente Demomic Yellow sin cargar demasiado el pincel, la última mezclada con una pizca de Matt White. Para las correas una mezcla de gris, la cara con Greenskin no demasiado cargado, iluminado luego mezclando con algo de blanco; las cremalleras sencillamente en Plate Mail Metal; botas y casco mezclando Leather Brown 75% y Pure Red 25%. Finalmente lavados de Strong Tone por aquí y por allá, ojitos tiernos de Pure Red, gafas jugando con el Ultramarine blue y Matt White, un poco de decoración en la peana et voilà: el orco patrón de los freaks perdidos.

Aunque pueda parecer sentimental esta miniatura tiene un lugar especial en mi estantería. Nunca me habían llamado la atención los pieles-verde, pero la estética pseudonazi que Kromlech ha puesto en esta gama mola un montón, además de su sana ironía histórica… Total, que es muy posible que me pille alguna miniatura más por el simple placer de pintarlas. Me han encandilado el Cirujano, el Comandante de tanque, el Capataz del IronReich con “sabueso Gnaw” (un garrapato, vaya) y sobre todo el Comisario. De momento mis proyectos van por otros derroteros… ¡Pero algún día!


sábado, 30 de abril de 2016

¿Qué es un golem?

"El Golem es una criatura, particularmente un ser humano, creada artificialmente por medio de la magia, mediante el uso de nombres sagrados" Kabbalah - Gershom Scholem

La criatura se ha convertido en mucho más, ha traspasado las fronteras de lo anecdótico. Ahora su imagen se sigue a toda una serie de monstruos del imaginario universal. Está junto al vampiro, el hombre lobo, el mago o la bruja. Desciende del mito de Prometeo, y podríamos decir que su madre es Galatea (Según la leyenda griega, los dioses, conmovidos por las súplicas enamoradas de Pigmalión, dieron vida a la estatua llamada Galatea), que su padre es alguna suerte de autómata, y sus hijos Frankenstein, el mundo robótico, y al fin la simbiosis con el hombre: el Cyborg. 

Pero todo lo anterior es sólo su pasado. La genealogía de un monstruo. El futuro, el presente, es lo importante. La cultura ha modificado el mito, lo ha explotado, y extendido. Los golems son creados por cabalistas, brujos y hechiceros de gran poder con el fin tradicional de guardar algo.

Esta es La puerta del Golem. La criatura guarda el umbral, el paso a otro lugar, a otro mundo, a lo posible. Se presenta ante vosotros este golem emancipado del control de su creador, fuera quien fuese. Con el cuerpo de plata empañado por el óxido de muchos años de inactividad, hoy vuelve a despertar para comenzar una vez más un viaje errático entre Wargames, literatura de fantasy y ciencia ficción, cómics y quizá incluso rol... todo un poco mezclado, porque al fin y al cabo, más allá de la puerta cabe todo. ¿Verdad?

Bienvenidos al umbral.

Hacer golems es peligroso. Como toda gran creación, ésta pone en peligro la vida del creador: la fuente del peligro, sin embargo, no es el golem... sino el hombre mismo Kabbalah - Gershom Scholem

Imagen de la película 'Der Golem, wie er in die Welt kam' (1920) Paul Wegener