El laboratorio del arca
mechanicus Vangelis bullía con un sinfín sonidos: el engrasado compás de los
pistones, los chisporroteos eléctricos, el zumbido de los cogitadores, el
burbujeo de los enormes tanques de estasis, crujidos de engranajes, salmos en
código binario, conversaciones en lengua tecnis de los tecnoadeptos, todo se
conjugaba en una armonía que debía complacer al Omnissiah, así lo creía el
archimagos Ilirico Mundus, sumido en sus meditaciones mientras un servidor
reparaba su brazo izquierdo. La última batalla contra los necrones habían sido
costosa, pero resistieron, ahora Belisarius Cawl le debía un favor, otro más en
la larga lista.
Su cogitador principal le
notificó la conexión exitosa con el nuevo brazo, y una punzada de dolor se lo confirmó
con menos sutileza. Apretó los dientes y gruñó una maldición muy humana. Abrió
y cerró el puño de metal, complacido, podría partir el cráneo de un orco con él.
El servidor se retiró y, tras un momento calibrando las distintas mejoras, se
levantó con su enorme estatura y observó a su alrededor. Un sicarian infiltrator
esperaba discretamente a un lado, tan inmóvil que parecía inerte.
-¡Ah! Ese asunto. ¿Cómo está
nuestro general?
La unidad nombrada Soldán 4-78 giró
su cabeza con un gesto entre lo animal y lo mecánico, brusco, curioso, pero
perfectamente calibrado. Emitió la información en código binario con un gruñido
corto y grave.
-Ya -Mundus procesó la
información. La excitación que le producía las modificaciones realizadas en “el
general” apenas podían ser contenidas en sus cofres neurotróficos-. Es hora de
probar a nuestro general en el campo de batalla.
Soldán 4-78 emitió una ráfaga de
código binario.
-No, la subdominus Galatea no
requiere apoyo inmediato. Formarás una célula Itratii para catalogar los
avances del general -hizo una pausa, emitió un código binario y el
holoproyector mostró el planeta Ankterios junto a sus dos lunas. Señaló una de ellas
con su brazo humano, el gesto le pareció poco preciso en comparación con el
nuevo servobrazo, pero archivó inmediatamente su percepción-. Aquí. Al parecer
hay un puñado de astartes. Es perfecto para comprobar de qué es capaz el
general. Utilizaremos la subrutina 94 si piden explicaciones.
El prínceps infiltrator emitió el
código de aceptación y se volvió con aquella mezcla de gestos de depredador
mecánico, tras un par de sus desgarbadas zancadas desapareció completamente de
la vista.
Mundus sonrió bajo el respirador
y comprobó el trabajo de los tecnoadeptos cercanos, ocupados en tejer a mano
une nueva túnica para su señor mientras entonaban salmos por la gloria del
Omnissiah. Pronto llegaría el momento de unirse a Galatea en Ankterios, y
pensaba utilizar al general para cumplir los objetivos de la iniciativa.
Me ha gustado. Tengo bastante intriga por ver donde nos lleva. Y bastantes ganas de ver tu kill tema;)
ResponderEliminarUn saludo
Ya jugué mi primera partida de Kill Team, así que a ver si os hablo de ella y os muestro la banda, sí. Gracias por pasarte.
EliminarUn saludo!
Muy currado señor Golem, siempre es un placer leer estas cosillas que uno se curra ;)
ResponderEliminarGracias! Para mí imaginar una historia propia es parte de lo que mola de este hobby.
EliminarUn saludo!