He decidido comenzar una
serie de entradas siguiendo mi evolución en nuestro universo grimdark favorito, en parte porque me
hace gracia reflejarlo como diario de a bordo, en parte por si hay algún otro
noob por ahí con curiosidad.
Un marine espacial, el supersoldado emblemático de este universo. |
Como ya comenté en una
entrada previa, mi contacto con warhammer 40.000 ha sido tardío. Comencé a
coleccionar y jugar a warhammer fantasy allá por 2003 o 2004, mis amigos ya jugaban y concordaba con mi gusto por la
literatura de fantasía, por lo que sencillamente las “figuras feas de robots”
no me llamaban en absoluto. Con los estudios universitarios abandoné las miniaturas
y no fue hasta que me mudé a París que sentí la necesidad de un hobby donde
pudiera desconectar de demasiado trabajo mental, volví a tomar los pinceles, y
sólo los pinceles. Por supuesto una cosa llevó a la otra,
terminé por crear este pequeño blog para participar un poco de la comunidad,
también descubrí Frostgrave y me aficioné bastante ya que con su sencillez me
ha permitido jugar con amigos completamente ajenos al mundillo. En septiembre
del año pasado se me ocurrió buscar algún podcast de warhammer, pero para mi
decepción no encontré ninguno de fantasy, comprensible visto que se trata de un
juego muerto, aun así, encontré uno de warhammer 40k, ‘La biblioteca de Tizca’,
dirigido por Helios y centrado en el trasfondo del universo. Le di una
oportunidad por curiosidad y me enganchó. Después de eso leí las novelas de
Eisenhorn, que durante mucho tiempo me habían recomendado algunos amigos. El
enganche fue total, encontré en este universo una riqueza nada complaciente con
quienes la habitaban, donde no existen buenos y malos sino una enorme gama de colores oscuros. Era ciencia ficción de una gran originalidad y muy
viva. Creo que eso es lo que le ha procurado el éxito a Games Workshop,
mantener un juego capaz de evolucionar y en el que los jugadores pueden
introducirse gracias a los juegos de estrategia. La prueba también se encuentra la enorme cantidad de productos derivados de la marca, videojuegos, novelas y merchandising.
Después vino el podcast
‘La voz de Horus’, que conocí a través de ‘La biblioteca de Tizca’, y mi
creciente interés por la historia del universo se topó con un grupo de amigos
que de manera bastante profesional realiza todas las semanas un programa sobre
su afición, no sólo ahondando en el trasfondo y regalando alguna que otra
dramatización, sino realizando un seguimiento pormenorizado de novedades y
reglas. Me picó el gusanillo: era el momento ideal para comenzar; además, la nueva
edición, Octava, parecía bastante depurada y me ofrecía tanto cierta sencillez
si finalmente me lanzaba a las mesas de juego, como un futuro donde la historia
realmente evolucionara, lo cual garantizaba que mi interés se mantendría en el
tiempo. Así fue como decidí vencer mi aversión por la empresa de Nottingham,
que tras cargarse warhammer fantasy se había ganado todo mi odio, y darle una
nueva oportunidad. El siguiente paso era elegir un ejército, pero de eso ya os
hablaré en otra entrada.
Un ejército Aeldari marcha a la guerra |
LA AMBIENTACIÓN
Warhammer 40.000 explora el
41 milenio en un contexto de ciencia ficción distópica denominado grimdark, este subgénero se caracteriza
por presentar una realidad poco cómoda para sus habitantes. El Impero de la
humanidad vive en una guerra constante y conforma una sociedad diseminada por
la galaxia, las desigualdades sociales son extremas, el fanatismo
religioso impregna cada circunstancia de la vida de un individuo, y la
innovación tecnológica ha desaparecido, sustituida por una adoración de las
maquinas elevadas al grado de reliquias. Esta humanidad se
encuentra asediada por fuerzas demoníacas y extraterrestres que a su vez siguen
sus propias historias y necesidades.
La riqueza del universo
se encuentra en la variedad y en la original mezcla entre la space ópera clásica más barroca posible y el género espada y
brujería impregnado de malditismo. El resultado ha sido este extraño universo al que merece la pena
asomarse. Lejos de las superficies brillantes y bien pulidas de Star Wars, y a
años luz de los pacifistas bienpensantes de Star Trek, el 41 milenio ofrece
sangre, óxido, letanías en latín y muchas, muchas horas de entretenimiento.
El Emperador vs Horus, el conflicto más importante que define la historia de Warhammer 40k |
Como nota final, si no
conocéis los podcasts de los que os he hablado os animo a echarles una oreja,
tanto si el inmaterium no tiene secretos para vosotros como si habéis llegado
aquí de paso y este extraño universo os despierta curiosidad. Os dejo unos
banners que os llevarán directamente a sus páginas de ivoox, donde podéis escuchar o descargar los programas de manera gratuita.
¡Enhorabuena por introducirte en Warhammer 40,000!
ResponderEliminarYo, al igual que tú, empecé con Fantasy (incluso más tarde todavía, en 2008) y también me enfadé cuando desapareció el juego y descontinuarion mi ejército (Reyes Funerarios).
En Warhammer 40,000 me metí ya justo antes de la salida de la 6a edición, en primavera de 2012. Compré casi de golpe todo mi ejército de Necrones y menudas partidas le metí.
Celebro que te gusten mis programas y muchas gracias por promocionarlos ;)
Seguiré tu blog, tengo curiosidad por saber qué ejército coleccionarás :P
¡Un saludo!
Muchas gracias, David! Creo que los podcast ahora están teniendo su momento dorado y tanto los chicos de La voz de Horus como tú hacéis una labor muy interesante ya no sólo grabándolos, sino también de comunidad con todo lo que proponéis alrededor: webs, concursos, grupos de steam, quedadas... Precisamente esa comunidad es lo que hace que este juego sea tan divertido y que uno se sienta parte de algo. ¡Así que gracias de nuevo!
EliminarUn saludo!