lunes, 12 de junio de 2017

Kickstarter de Norba Miniatures

Desde el mecenazgo o preventa organizado por HT Publishers para publicar el primer libro de Frostgrave no participaba en un crowdfunding, pero los chicos de Norba han sacado uno de escenografía y no he podido resistirme. Aunque disfruto mucho peleándome con cartón y trocitos de plástico varios, que uno va recogiendo cual pequeño complejo de Diógenes, he de decir que tenía ganas de algo hecho por profesionales. Hoy día 12 de junio es el primer día de este crowdfunding y en las pocas horas que llevan ya han superado todas las recompensas, y aún quedan 19 días por delante, si queréis haceros con los diferentes packs, resultan muy interesante para juegos de escaramuzas como Frostgrave.

Yo me he decantado por la atalaya de clara reminiscencia El señor de los anillos, me parece un elemento muy chulo y espero que mis pinceles estén a la altura. Os dejo AQUÍ el enlace al kickstarter. 




jueves, 16 de marzo de 2017

Kharadron overlords y AoS, una opinión

Ya, apenas paso por aquí, han sido muchas cosas: navidades, enfermedades, mudanzas, proyectos... pero he vuelto, he vuelto porque hay cosas que no se pueden dejar de comentar ¿No?

Vale, por el título ya sabéis de qué he venido a hablar. No me apasiona hacer estos posts de opinión sobre novedades porque, seamos francos, hasta aquí sólo llegáis algunos pocos extraviados y es en los blogs importantes donde uno va a leer estas cosas, se entera de las novedades y se interesa por qué piensan los que uno sigue desde hace tiempo, esta no dejará de ser una parrafada subjetiva más.

En fin, al turrón, como diría el ancestro Cejohierro: Games Workshop lanza una nueva facción para Age of Sigmar, los Kharadron overlords, enanos pseudosteampunk. Sí. son enanos, (o duardin, copyright mediante) lo sabemos porque son más anchos que altos y han dibujado barbas a las máscaras; no obstante, sugiero hacerse con un abrelatas para comprobar que todo está bien debajo de tanto metal cromado.

La verdad es que tengo sentimientos encontrados. Me gustan, sí en serio, me gustan, es la primera facción que me ha hecho plantearme abandonar mi animadversión hacia AoS, me molaría aprender a dirigirlos en tablero, por no decir que sería todo un placer pintar tanto metal (bueno quizá no tanto placer) Incluso me gusta la estética de las minis y el concepto de saqueadores que bajan al mundo para algo en concreto y se vuelven a su colonia minera en las nubes (eso último es un guiño gratuito a Star Wars que me apetecía introducir) El caso… me gusta, no me encanta tampoco, pero sí me gusta, si el precio fuese la mitad de lo que será, quizá me lo plantease, pero no.

No, no compraré nada porque al fin y al cabo los enanos conforman uno de mis ejércitos más queridos, y estos no son enanos, de hecho Games Workshop está de acuerdo conmigo, en la presentación lo dicen tal cual «The Kharadrons have become a race unto themselves, separated from their kin through the centuries» o en cristiano viejo: “Los Kharadrons se han transformado en una raza por sí misma, separada de su propio pueblo a través de los siglos.” Pueh eso, que no, que los agravios están para ser saldados, AoS se cargó el viejo mundo y un enano perdona sólo a base de hachazos y nunca olvida. No, no me haré un ejército de Kharadrons porque viendo las miniaturas y viendo la estética del 40K no percibo la diferencia y por extensión me parece absurda una vez más la excusa de este nuevo universo.

Podría dejar a un lado las tonterías que acabo de decir si me molasen las minis y tal, al fin y al cabo, es un juego y está hecho para disfrutar, pero la razón más importante de todas, es que se demuestra una vez más que Age of Sigmar es un juego fallido. Games Workshop creo AoS para acercar Warhammer a su prima hermana económicamente más solvente, es decir, 40k, pero lo único que se ha conseguido es desvirtuar un juego para hacer dos similares. El éxito y el interés está en la originalidad, no en la copia. Si todos llamamos Sigmarine a los nuevos elegidos clónicos de Sigmar, si los Orkos se diferencian en casi nada a sus primos 40k y si estos enanos podrían entrar perfectamente en el universo de las naves-catedral, entonces qué aporta AoS. ¿Un 15% más de espadas y hachas? Yo le pido a los mundos en que juego cierta riqueza, cierta autenticidad, sino sencillamente no me interesan.

Resumiendo: es un buen concepto, pero se han equivocado de universo.



Referencias: Warhammer Community

domingo, 11 de septiembre de 2016

Relato: El Golem de plata llega a Frostgrave

A veces la luz no nos deja ver, se quema en los ojos y nos inunda con un río puro y doloroso. Lo he sentido varias veces en mi existencia. Ese cosquilleo en las cuencas de los ojos me ha hecho sentir humano, pero mi materia es otra y estas grandes cuentas de vidrio con runas grabadas se recuperan rápidamente de cualquier impresión.

Llegué a Felstad bajo la petición de Hairon, de la cuarta casa, él deseaba hacer la guerra a uno de los archimagos de la ciudad. Codicia, supongo. Yo tenía en mi interior una necesidad por luchar más grande que el ansia de libertad. Acepté y le seguí junto a otros constructos como yo, aquellos cuya misión original había caído en el olvido. Luchamos dos días en Felstad, el barrio de los cronomantes se convirtió en una batalla gigantesca, magos y soldados se unieron a uno y otro bando, todos luchábamos en una orgia de ruido de hechizos y crujidos de derrumbes. No sé cómo hubiera podido terminar todo, pero lo hizo, nos detuvieron.

Una ola de magia corrió por todas las calles sin ningún aviso previo, los vivos no tuvieron tiempo de gritar. La luz del conjuro era tan pura, que cuando llegó a nosotros en el siguiente parpadeo el cosquilleo en mis ojos se volvió insoportablemente doloroso. Sí, sentí dolor. En ese momento el único pensamiento en mi cabeza era de fin. La ventisca llegó inmediatamente después, arrastrando gritos y escombros. Sé que Hairon murió atravesado por una viga porque he tenido su cadáver frente a mí los últimos siglos, otros perecieron ahogados en un alud de nieve tan fina como el polvo y los últimos quedamos atrapados en el mismísimo aire, congelado súbitamente a nuestro alrededor. Luego todo fue silencio y calma.

Incluso para un golem mil años es mucho tiempo. Caí en el sueño de la piedra, sin más imágenes en mi inconsciencia que las originales: las palabras de mi creador recitando el hechizo, la misión encomendada, mi Misión y por tanto mi vida. ¿Qué es un Golem sin ella? Nada, no es nada, un fragmento de material animado, absurdo. Lo comprendí atrapado en el hielo. Dormí siglos y desperté inmóvil, empecé a pensar en todo lo ocurrido desde muchas perspectivas distintas, y así se calmó la ira que me había dado forma en el principio, aprendí la paciencia cuando bien pude caer en la locura de las maquinas rotas.

Desde mi prisión de hielo pude ver los primeros cadáveres levantarse, Hairon se fue con ellos, un Liche reclutaba un ejército en dirección hacia los barrios bajos de la ciudad. También algunos aventureros observaron mi silueta, pensaron en liberarme, en utilizarme. ¿Podrían hacerlo? Quizá alguno pudo, pero yo soy el Golem de plata y hace tiempo dejaron de gustarme los hilos y los titiriteros.

Un día cualquiera, con el sol en lo alto, apareció ante mis ojos una grieta. Tras tantos años preparándome no necesité más. El hielo se quebró bajo la presión de mi fuerza con un estallido. Fue un renacimiento.

Karn, golem de plata - © Magic the gathering