Esta semana hemos tenido el día del libro, una fecha que me encanta
por mi pasión por los libros, como a muchos, vaya. De todos es conocido que de
entre los sectores que lo están pasando peor con esta crisis, la cultura es uno
de los que más se resiente ahora, y más lo seguirá resintiendo en los próximos
meses y quizá incluso años (pero esperemos que no). En este sector, el mundo
editorial es complejo y frágil, y concretamente el espacio que ocupan los
libros de rol y juegos, es un nicho reducido y aún más frágil que el resto. Las
editoriales lo están pasando mal, y las librerías lo están pasando mal. Como
todos, ¿verdad?
Pues en este clima, mientras otras editoriales procuran
apoyar a los libreros, a las pequeñas tiendas amigas, y se inventan mil
historias para seguir ahí, para apoyar este hobby y seguir con nosotros y
asegurarse que les recordemos cuando esto pase, otras hacen todo lo contrario.
De vez en cuando tenemos la desgracia de encontrarnos con abusos
y malas prácticas de algunas empresas, y en esta ocasión ha sido la española
Nosolorol que, bajo la premisa del día del libro, ofrece a sus compradores una
oferta de 3x2, algo que a los compradores nos puede sonar muy bien, pero que
para empezar resulta ilegal, y para seguir, le clava un cuchillo por la espalda
a los pequeños comercios y librerías que venden su material.
Podéis leer con más detalle lo ocurrido en el post que Agramar ha publicado en El descanso del escriba, aquí. Él se hace eco de la denuncia
puesta por @Lycosaedro en twitter, a quien la propia compañía ha respondido
justificándose en un “sálvese quien pueda”, que por muy desesperado que pueda
ser, representa una competencia desleal, en traición directa a sus propios
acuerdos comerciales y, lo más grave, va contra la ley que regula el comercio
de libros. Es grave, y lo hacen sin esconderse, con un gran anuncio en su
propia web.
Es indignante, al menos a mí me lo parece, y no se puede
tragar con todo. Me parece que esta crisis debería hacernos reflexionar un poco
sobre nuestro papel como consumidores, y tenemos un papel en esto, una
decisión, apoyar a quien lo hace mal o a quien intenta resistir haciéndolo
bien, sin saltarse las reglas ni las leyes. Yo, desde luego, sé del lado de
quién quiero estar, aunque eso me cueste unos euros más.
Yo desde que saltó la noticia del abuso laboral hace ya años, ni agua.
ResponderEliminarPues sí, como consumidores yo también creo que nuestros principios deben verse reflejados en la medida de lo posible, y si evitamos las empresas con malas prácticas, mejor.
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